Durante un incendio, Sinorix H2O Gas inunda una zona simultáneamente con nitrógeno y agua nebulizada. Ambos agentes extintores son transportados por la misma red de tuberías y son distribuidos por las mismas boquillas a la zona de inundación. El nitrógeno se utiliza como agente extintor y como propulsor del agua, modificando la dispersión y suavizando el estallido inicial del gas. Gracias al componente de agua, la reignición no es posible.

Cuanto más pequeñas son las gotas, mayor es su superficie relativa y mayor es su efecto refrigerante. Como resultado, las superficies expuestas se recubren sólo con una capa muy fina de agua. Esto suele ser inofensivo, incluso en los equipos eléctricos, porque el agua suele evaporarse en pocos minutos.

El nitrógeno es químicamente inerte y su densidad es aproximadamente igual a la del aire, por lo que el agente extintor y el aire de la habitación se mezclan perfectamente. Así, la concentración necesaria para una extinción eficaz puede mantenerse durante un largo periodo de tiempo.

El agua es químicamente neutra. Cuando se pulveriza, disipa rápidamente una gran cantidad de calor, enfriando los materiales por debajo de sus temperaturas de combustión. Cuanto más pequeñas son las gotas, mayor es la superficie específica del agua y mejores son los efectos de evaporación y enfriamiento. Esto reduce los daños y evita la ignición de materiales inflamables por el calor. Al evaporarse, el volumen del agua se expande 1640 veces, desplazando el oxígeno cerca del fuego.

Ni el nitrógeno ni el agua presentan ningún peligro para el medio ambiente o la salud ─ el nitrógeno constituye aproximadamente el 79% de la atmósfera. No dañan la capa de ozono ni contribuyen al calentamiento global, ni crean productos de reacción nocivos cuando se mezclan durante el proceso de extinción. Si el incendio en sí no ha creado humos tóxicos, puede ventilar fácilmente la zona afectada utilizando sistemas de ventilación o abriendo ventanas.